Director del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de las Artes en Venezuela (IIAVE)
Alberto Ravara: “Vivimos a dos tiempos, uno rebelde, de entrega desinteresada del pueblo y otro lento, burocrático y poco productivo de las instituciones”
Akaida Libertad Orozco Díaz
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Alberto Ravara. (Trenque Lauquen, Argentina, 1953). Director teatral, titiritero, escritor, promotor cultural, publicista y docente. Su actividad profesional data de 1969. Como director ha realizado más de cuarenta montajes profesionales, y como escritor y dramaturgo ha sido traducido al alemán, portugués, inglés y francés. Fue alumno de maestros de la talla de Yirair Mosian, David Radner, Oswaldo Dragún, Atahualpa del Cioppo, Dámaso Ogás, Rine Leal, Héctor López y Alexis Antíguez, entre otros. Como promotor cultural es cofundador del Festival de Teatro de Portuguesa, de la Compañía Regional de Teatro de Apure y del Grupo Off de Buenos Aires. Actualmente dirige la Red IIAVE, Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de las Artes en Venezuela. Es invitado permanentemente a dictar cursos de artes, trabajo sociocultural y a dirigir teatro en Venezuela, Alemania, Holanda, Italia y Argentina.
Akaida Orozco: Hagamos un poco de memoria y de historia. Usted ha tenido una larga trayectoria en el mundo del teatro que comenzó en la década de los 60 en su Argentina natal. En aquellos tiempos, ¿cómo fue ese primer contacto con el teatro, cuáles fueron sus motivaciones iniciales, quiénes fueron sus maestros?
Alberto Ravara: Indudablemente, estimada señora, usted sin quererlo me sumerge en la dulce bruma del recuerdo. En ella me veo escuchando por las noches a mi madre la lectura de cuentos fantásticos, épicos y sagrados. Me veo caminando de pantalones cortos por aquel caminito hecho por la Sociedad de Fomento en el Gran Buenos Aires, a aprender declamación en la generosa casa de la señorita Wuitty. Con el oído atento escuchando los radio-teatro de las emisoras «Del Pueblo», «El Mundo» y «Porteña» de Buenos Aires. Los actores Juan Carlos Core, Fernando Siro, Héctor Miranda, Omar Aladio, Juan Carlos Ciappe, Héctor Bates, el negro Faustino; las actrices Olivera Garcés, Tita Merelo, Zuly Moreno, Mecha Ortíz.
El recuerdo que usted provoca me lleva por el mismo caminito al baldío que estaba enfrente al Almacén de Francisco y doña Basa, en Empalme San Vicente. Una mañana, mis ojos maravillados vieron lo fantástico de un circo instalado, el Indian Circo y una función de radio-teatro que anunciaba la obra «Pido luz para mis ojos» con la actuación de Carlos Ciappe. Regresé corriendo a mi casa a contarle a mi madre y al día siguiente, en función vespertina, reí y lloré, viendo «a la italiana» esa puesta en escena. Tenía cinco años. Nunca más hasta la fecha dejé de ver y luego de hacer teatro, de amar esa dimensión que nos permite la libertad y creación inconmensurable dada por la otredad, el pensamiento diverso y a la par ético, ofrecido por la metáfora, junto al sagrado don del compartir que nos brinda la convivencia teatral entre público y actores. Esto querida, era la década de 1950.
Luego del golpe militar de 1955, la familia tiene que radicarse en un hermoso pueblito del interior del país llamado Guaminí. Mi padre tenía orquesta de tango y yo fui contratado para decir las glosas y recitar dos poemas en el intermedio, uno triste y uno alegre, recuerdo al señor Macho Grielle, cantinero del Club Peñarol quien era el que más me contrataba para los bailes. Participaba en las puestas en escena del pueblo y en los actos escolares, en el cine-teatro español, en el Club Empleados de Comercio y el Prado Español, también en los hangares de la Laguna del Monte y en Trenque Lauquen.
Veíamos con mi madre cine toda la semana, cine argentino, mexicano, norteamericano, francés, italiano, sueco. Cali, el empresario amigo, me dejaba pasar en las películas prohibidas, con la sincera promesa de mi madre que me taparía los ojos en las partes «violentas o crudas». Es así como vi a Bermann, Amadoris, Fellini, Visconti, Buñuel, Leopoldo Torres Nilson, etc., con cortes de censura hechos por las cálidas y suaves manos de mi madre tapándome los ojos.
Un día fuimos al teatro, a ver el montaje de la Compañía Nuevo Teatro de Cámara de la ciudad de Buenos Aires, lo vi escondido en el paraíso, por la edad. Me incidió profundamente, el actor Paulino Andrade, la actriz Ana María Castell, el director David Radner, la obra «Los Viajantes». Un gaucho le comentó a su gaucha al lado mío: «Esta obra no es la rascada de los radio-teatro, es bien serio el planteo». Soñé que quería estar de gira y hacer temporada con esa compañía, fue un deseo profundo, como lo son los deseos de infancia. En 1974 y 1975 hice más de novecientas funciones, muchas por Buenos Aires y por las provincias argentinas, como primer actor de la Compañía Nuevo Teatro de Cámara de la ciudad de Buenos Aires, bajo la dirección de uno de mis maestros, David Radner. Es así como, mi joven comunicadora, que «los sueños buenos que dibujamos en silencio y soledad los toman algunos duendes y los hacen realidad».
En cuanto a mis maestros, a los ya citados, puedo sumar, Héctor López, José Raudino, María Mombrú, Yirair Mosian, Oswaldo Dragún, Atahualpa del Cioppo, Alexis Antíguez, Eduardo Di Mauro, Rine Leal, el compañero Alberto Sarraín y tantísimos más que influenciaron de manera positiva mi formación. En suma, la vida y el teatro tienen saberes y con los ojos de la piel y la razón abiertos, reflexionamos sobre la fuerza vital y luminosa de las mayorías nacionales, sopesamos el oscurantismo cruel, algunas veces almibarados de las élites sociales y culturales. Indudablemente aprendemos todos los días de cada uno de nuestros compañeros.
A.O: Desde aquel entonces se ha desempeñado como actor, ha dirigido más de 50 montajes, como escritor y dramaturgo tiene en su haber más de 30 obras que abarcan distintos géneros (cuentos, poesía, ensayos, teatro, crónicas, reportajes, guiones para audiovisuales, etcétera), es decir, ha tenido una carrera bastante prolífica. ¿A nivel de dirección qué montajes han sido los más significativos para usted? ¿Cuáles han representado un reto, un deleite o un pesar?
A.R: Tú sabes que nuestro arte teatral vive y fenece cada tarde, cada noche que lo hacemos. Pareciera que la palabra dicha muere una vez pronunciada. Experimentar la otredad puede ser un viaje gozoso que tiene su término al final de cada función; asocio nuestro quehacer, al destino de la flor bella a las once. De alguna manera esto que afirmo que podría ser válido para el actor, lo es para el director. No soy de los que conmemoran férreamente cada puesta en escena pasada. Vivo con la ilusión de lo que estoy montando en el presente. El mismo se me colma de personajes, acciones, sentimientos, razones, imágenes, símbolos que pugnan por expresarse y plasmar en puesta, y que cada noche nacerá para morir.
A la par, soy consciente de que nuestro pasado está grabado en nuestro cuerpo, en nuestro espíritu. Tiene valor y significado para cada uno de nosotros. Aprendí mucho de «El espantapájaros que quería ser rey», Celcit- Teatro Latinoamericano de Cámara (1982), «La identificación», Teatro Estable de Portuguesa (1987), «Tartufo», Hebraica-Masaj (1988), «Un día en Bambina», Grupo Of Buenos Aires (1990), «El Guapo y la Mireya», Piedrabuena-Buenos Aires (1991), pero es en 1993 en San Fernando de Apure con «El rey de los Araguatos» que la experiencia me marca multilateralmente de manera bastante consciente. Llamamos a audición y conformamos un grupo grande de entusiastas del teatro, al que se le sumaban dos o tres actores profesionales. Era trabajar en el interior de esta Patria hermosa, en condiciones un poco difíciles. Tenía que crear la Compañía Regional de Teatro de Apure y hacer un Taller montaje para participar en el Festival Nacional de Teatro.
Había empeñado mi palabra de Gaucho a los maestros Herman Lejter y José Antonio Abreu que alcanzaría los objetivos y metas, pero teníamos poco tiempo. La rebelión de febrero y noviembre de 1992, contra la corrupción, y a favor de un nuevo paradigma incidían en mi consciencia. Era tiempo de crear arte para «el parto de la historia». Entiéndase bien, dije Arte, no panfleto. La pieza de Néstor Caballero, que había leído hacía dos años atrás, planteaba un eje temático que ajustaba como anillo al dedo. Solicité permiso al autor para versionarla y él lo otorgó.
Tenía que disciplinar de manera férrea a la novel agrupación, me ayudaron en aquella tarea: Ada Nocetti, Argenis Méndez Echenique, Manuel Manzanilla, Luis Camejo, Issoris Tovar, Pablo Masabét, Altagracia Martínez, Oriette Sades, Freddy Di Paula, Gabrielle Guerón, un alférez del Ejército, que no recuerdo su nombre e infinidad de personas del pueblo. Y por supuesto, el maestro Alberto Sarraín del cual he aprendido tanto… Trabajamos durísimo, y aquellos llaneros a la par de darme su afecto y respeto, fueron entregando lo que de sagrado, sublime y alegre tienen los pueblos del continente cuando visualizan una acción y un objetivo que les pertenece. «El rey de los Araguatos» se estrenó en San Fernando e hizo temporada a sala llena, tal fue el suceso que los diarios a nivel nacional registraron abundantemente el hecho. Aquella gente «fue del tamaño del compromiso» y se presentó en la Casa del Artista en Caracas, en el marco del Festival Nacional de Teatro, como lo habíamos prometido.
La crítica especializada y el público elogiaron la labor de aquel grupo. Para mí quedó una enseñanza verificada en la práctica, de cómo de la modestia de los recursos, del sentimiento noble de hombres y mujeres del pueblo, y de un autor que los expresa e interpreta con la sensibilidad de su tiempo. Con organización, disciplina y voluntad colectiva, el arte puede servir al desarrollo del ser humano y a la vida. Visualicé también la posibilidad de una poética, pero eso mi dulce comunicadora es material de otra entrevista.
A.O: Cuénteme de su faceta como actor.
A.R: Te conté anteriormente cómo fueron mis comienzos en el teatro. No obstante, a finales de los sesenta, siendo yo un joven casi imberbe, algunas experiencias iban a gravitar enormemente en mi vida de hombre y creador. La muerte de Che Guevara, el Mayo Francés y la insurrección de Córdoba, «El Cordobazo», me harían tomar partido social y político en aquella mi Patria Argentina, que a la sazón era gobernada por las dictaduras de Onganía, Lewinton y Lanusse. Pintaba cuadros de aficionado por aquella época, pero sentía la necesidad de expresarme teatralmente. Al calor de esa inquietud nació «La Paradoja», un modesto texto mío que reflexionaba sobre la masacre de Trelew (1972), inmediatamente junto al poeta Rubén Liggera, con dirección del profesor Ariel Di Siervo montamos «La mesa y los espermatozoides rengos». Este era un texto corto en el que actué con Liggera, que resultó muy provocador para la mojigata y prejuiciosa sociedad de aquellas ciudades de la pampa húmeda.
Los amigos y artistas de aquel tiempo y espacio vieron con muy buenos ojos mi trabajo y a quien considero uno de mis más importantes maestros de actuación, Héctor López, me convocó al Teatro Independiente La Antorcha de Junín para hacer un personaje en el montaje de «Hablemos a calzón quitado» de Guillermo Gentile. Trabajamos muy duro, durante siete meses, me correspondió protagonizar y tuvimos mucho éxito de público y crítica. En mi fuero íntimo quedó grabado el goce de «Ser el otro» de vivir noche a noche la vida de Juan, mi personaje. También la consciencia de lo mucho que me faltaba para ser un Actor de verdad: técnica, información, experiencia, criterio. Muchos años después, de regreso de mi exilio en Venezuela, me encuentro con mi antiguo y anciano maestro: «… mi duda -me dijo- era que te habías preparado cuando eras joven en técnicas, tenías pasión, disciplina, ternura, pero no sabía qué podrías hacer con el éxito; la vanidad es hierva mala…». Aquel hombre probo me estaba hablando del ego, de cómo asumir la dimensión del teatro desde la perspectiva del desarrollo integral del ser humano, «el teatro tiene saberes… y es escuela de hombres y mujeres» y es un camino interior, íntimo, gozoso, que nada tiene que ver con los carteles, marquesinas ni la lisonja de la prensa.
Los años pasaron, por momentos los sucesos políticos, la militancia, me demandaron tiempo, que me alejó de la actuación, mas no de la dramaturgia. De cualquier manera hasta el ochenta y dos hice muchos personajes, luego la docencia y la dirección escénica postergarían mi práctica de la actuación.
A.O: Usted recibió formación de importantes maestros titiriteros como Alexis Antíguez y Eduardo Di Mauro. ¿Cómo comienza su oficio de titiritero? ¿Cómo fue esa conexión con el teatro de muñecos?
A.R: Cuando niño no me perdía una presentación de títeres por nada del mundo. A los trece años hice un taller con una alumna de Eduardo Di Mauro e intercambiábamos en tertulias y cafetines ideas sobre el arte de los fantoches. Pero es con el Maestro Alexis Antíguez con quien realmente me entrego a una puesta en escena y a actuar con la lógica del titiritero. Era Antíguez un hombre cultivado y titiritero de fuste, memorables son las discusiones fraternales que se daban en los ochenta (Yo más que discutir, escuchaba y aprendía) con los maestros Eduardo Di Mauro, Dámaso Ogaz, Luis Lucik. Desde esos años a la par de dirigir y escribir teatro, hago títeres sistemáticamente. Me agrada, y la carita llena de curiosidad y dulzura de los niños de cada barrio de Caracas bien justifica que los siga haciendo mientras Dios me dé fuerzas y vida…. por momentos pienso que esos niños me los envía el Supremo para regalarme salud y alegría.
A.O: ¿Qué corrientes literarias, artísticas y políticas han influenciado su obra? Cuénteme acerca de su obra dramatúrgica, poética, ensayística…
A.R: En general podemos decir que nuestro modesto trabajo tiene la influencia, por aceptación o por negación, de las mayorías de las corrientes, por disímiles que sean. Uno no nace aprendido y la hermosa vida es un viaje que a Goya le llevó a afirmar: ¡Aún aprendo!, cuando tenía ochenta años. No he hecho un camino tan preciso y progresivo como el escultor Brancusi al que tanto admiro. He realizado un camino sembrado de errores con poquitos aciertos, por momentos alegre, por momentos doloroso, con dudas, bello e imperfecto como todo lo humano.
Soy un hombre desarrollado en la cultura occidental, ello supone que todo lo grecolatino ha determinado muchos de mis mecanismos de pensamiento. También supone que tanto los mitos que tan hermosamente describe Homero, como los judeo-cristianos están alojados en mi inconsciente. Si los seres humanos hacemos el viaje hacia nuestro interior, sabremos algo de nuestros fantasmas, y de los ángeles que nos animan, sabremos por lo menos un ápice de nuestra sombra y nuestra luz. Si elegimos con armonía graciosa aquellos mecanismos que elevados a un plano consciente nos ponen en contacto con nuestro «yo superior», podemos entender que los seres humanos somos semejantes, que el Supremo no tiene preferidos, que en estado de gracia producimos endorfinas que son saludables para el cuerpo y el espíritu.
No obstante, esta suerte de alquimia que se produce en nuestro interior, está condicionada permanentemente por el mundo externo del presente. En él hay una sociedad de clases, con personas que somos semejantes pero determinadas por el modo y las relaciones sociales de producción. Al calor o al frío de esa condición externa expandimos nuestra interioridad plasmando nuestra impronta de creadores.
Las obras de teatro, ensayos y poemas que he escrito son, de alguna manera, el producto de la relación dialéctica que antes te describía, tienen que ver con la necesidad de exorcizar los miedos, de razonar y describir realidades que mi subjetividad ve, y hacer importante la realidad que deseo por encima de la que tenemos (risas). En esto último podés encontrar una influencia renacentista, así como en lo anterior podrías ver atisbos de simbolismo, surrealismo y expresionismo. Pero hallo mejor no intentar nadar en el riachuelo de los «ismos» pues corremos el riesgo de marearnos, de limitarnos y ahogarnos. Dejemos esa tarea a la triste Academia, a los eurocentristas, que gustan de etiquetarlo todo y en su afán autoritario de élite al servicio de las clases dominantes, cosifican la vida mientras la misma llora y ríe a carcajadas en los lechos de los amantes buenos, en los ojos de asombro de los niños cuando leen un cuento, juegan a los espadachines u observan el caminar de las hormigas, en el palpitar de los corazones de dos jóvenes que se miran y desean con pubertad llena de gracia, en la decisión y voluntad del científico que busca la vacuna del Sida, en la mujer que lucha por sus derechos, en aquellos grupos sociales que exigen dignidad e inclusión, en los y las jóvenes artistas que están hartos del arte sin riesgo, en las calles y en las manos obreras y campesinas que producen con amor la existencia.
A.O: La antología poética «Viejos amores del guerrillero vencido» publicada en 2006 enarbola la vida, el amor a la mujer amada, al hijo amado, a la patria dejada… ¿Qué puede decir de esta obra? ¿Tiene pensada una publicación próximamente?
A.R: Estamos trabajando con el propósito de editar para finales del año 2010 una nueva antología que contenga escritos ya publicados como otros que están inéditos. Hasta el momento lo publicado de mi obra ha sido poco y con tiraje muy limitado. Muchas personas que bien me quieren están empeñadas en la idea de una nueva edición…
A.O: Usted fue cofundador del Festival de Teatro de Portuguesa creado en 1982. Cuénteme sobre esa experiencia, en qué circunstancias se creó, quienes fueron partícipes, quién apoyó la iniciativa, quienes la criticaron…
A.R: En 1981 hacemos una gira por el interior de Venezuela. Observamos que en Portuguesa había la posibilidad de desarrollar un trabajo con un puñado de personas que tenían mucho entusiasmo por el teatro. Invitado por el amigo Federico Collado dicté dos talleres, uno de dramaturgia y otro de actuación. Eso me permitió conocer más en profundidad a los jóvenes estudiantes de teatro y proponerles realizar el primer festival de Portuguesa que en el transcurso de los años se transformaría en el posicionado Festival de Occidente. Se hizo por la voluntad férrea de quienes me acompañaron en aquel sueño: Federico Collado y su esposa, Margarita de Zapata, Carmen Guédez, Evis Cuellar, Ricardo Herrera, Irma Torrealba, Miguel Rosario y tantos otros con los que la memoria no me juega una buena pasada.
¿Quiénes se oponían en aquel momento desde las sombras? Indudablemente, las fuerzas de lo establecido, las élites culturales, la ignorancia o desidia de algunos políticos de la época, la envidia de algunos funcionarios y algunos artistas ramplones que vuelan a lo gallina. El festival que proponíamos no era faraónico, intentaba ser de alta calidad estética y conceptual, participativo, comunitario, rebelde. Eso creaba resistencia en las élites conservadoras pero fue acogido con entusiasmo, orgullo y trabajo en las mayorías que tenían vocación de intercambiar saberes, rebeldía, belleza, justicia y construcción de tejido social para desarrollar la vida y el arte. Lo demás es historia conocida. El árbol y sus frutos están a la vista y hablan por sí solos.
A.O: En 1993 crea el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo del Arte en Venezuela (IIAVE). En sus inicios realizaron varios montajes teatrales. Luego, se encaminaron hacia la investigación de campo y hacia la experimentación con diferentes técnicas y disciplinas artísticas. Actualmente, cuál es la línea de trabajo de IIAVE, cuáles son sus proyectos, a qué se dedica, cuáles son sus objetivos.
A.R: La línea de trabajo de IIAVE se desarrolla a través de talleres integrales de formación teatral, servicio de teatro profesional en las comunidades, apoyo técnico a los grupos teatrales de las comunidades, investigación y debate permanente en el interior de nuestra red y con otras agrupaciones hermanas. Nuestro proyecto para el año 2010 es: 1.- Montar obras de teatro histórico en el marco del bicentenario de la independencia latinoamericana. 2.- Desarrollar el primer plan piloto de nuestro proyecto Comuna Teatro. 3.- Consolidar infraestructura y un elenco estable. 4.- Profundizar la educación de nuestros jóvenes a través de la educación no formal. 5.- Realizar nuestra IX Muestra Internacional de Teatro y Títeres en las Comunidades de Caracas 2010. Tenemos como objetivo contribuir con la modestia de nuestros esfuerzos a la edificación de un nuevo paradigma cultural, a la construcción y desarrollo integral de nuevos hombres y mujeres, a la defensa nacional de nuestra gran Patria latinoamericana y a la paz.
A.O: ¿Cómo trabaja IIAVE en cuanto a la planificación y desarrollo de eventos como la Muestra Internacional de Teatro y Títeres en las Comunidades que realizan anualmente -y que en 2009 arribó a su octava edición-, la cual busca efectuar un trabajo conjunto entre la comunidad organizada, los artistas y el Estado? Si es posible ejemplifique también con otras actividades que realicen.
A.R: Es bueno aclarar que nosotros no hacemos eventos. El vocablo «evento» se refiere a lo eventual, al viejo paradigma cultural de lo inestable que produce confusión, alienación, ignorancia y que sirve a las élites, al concepto de país campamento. Por el contrario, nosotros intentamos hacer procesos sistemáticos, cotidianos, estables, en estrecha relación con las personas. En escenarios emergentes construidos con criterio colectivo para desarrollar el arte en otros espacios de reflexión. Nuestra práctica y el éxito de las Muestras de Teatro y Títeres en las Comunidades nos viene indicando que es muy fácil construir desde las bases un nuevo modelo cultural.
Somos plenamente conscientes de que a los grupos sociales y mayoritarios se nos impone un proceso esencial de organización e intercambio de saberes en nuestras comunidades, para construir una unidad capaz de demoler el viejo modelo cultural de la dependencia. El mismo, en apariencia, gusta de hacer eventos, crea caos y en esencia, sólo beneficia los intereses mezquinos de los poderosos, al intentar sumir en la ignorancia a las mayorías nacionales que día a día, construimos con esfuerzo la consciencia «de sí y para sí».
Es sabido que el viejo modelo cultural se enquista, se reproduce, y trata de imponer trabas burocráticas, tecnocráticas y discriminatorias; pero con trabajo paciente, crítico y autocrítico, arduo y fecundo, lo iremos derrumbando paso a paso, a pesar de los que medran desde las sombras y a pesar de los imperios.
Indudablemente, tenemos mucho por aprender, mucho por nutrirnos, pero alejados de las actitudes efectistas y eventuales, contribuiremos a edificar el nuevo hombre y la nueva mujer que vive y vivirá en este siglo XXI que comienza.
Podemos afirmar que la programación de teatro de actores y muñecos, diseñada y organizada por especialistas de la escena y centros comunitarios, con la participación de la población más desasistida en materia cultural; permite construir canales de formación y fortalecimiento de nuestra razón de ser como ciudadanos. Lleva su problemática y estética al nuevo espacio de discusión y escenificación para el tratamiento de los grandes temas sociales y para forjar nuevos conceptos y formas independientes.
El arte en espacios de reflexión comunitarios, probablemente «por ahora», no satisfaga la vanidad de marquesinas de los artistas del viejo modelo cultural, es probable que tampoco logre presupuestos que vienen de la lógica de algunos burócratas individualistas, frívolos y arribistas, pero es una acción que al ser transformadora tiene verdadera trascendencia y que obedece al proyecto de vida que elegimos hace muchas décadas. Nuestra tozudez conmoverá a las piedras y el artista como servidor público desde el pueblo y para el pueblo aportará alguna chispita para que las juventudes rebeldes y los hombres y mujeres de buen corazón, con razón «incendien la pradera».
A.O: Según su propia experiencia como promotor cultural, como emprendedor de proyectos y como maestro, ¿cómo ha sido ese proceso de democratizar los espacios para el quehacer cultural, para la participación ciudadana y el fortalecimiento del poder popular?
A.R: Indudablemente, hemos avanzado mucho y eso nos contenta, pero es tan grande la tarea que debemos tener los ojos de la actitud crítica bien abiertos y para tal fin el siguiente comentario: La realidad del diario vivir nos hace pensar que pareciera que en Venezuela vivimos a dos tiempos, un tiempo rebelde, bonito, de entrega desinteresada, en el cual el pueblo, las personas honestas y comprometidas, y nuestro Comandante actúan disciplinadamente, de acuerdo con sus convicciones y con el esmero que les demanda la patria para la construcción de una nueva sociedad; y un tiempo más denso, lento, burocrático, poco productivo de las instituciones. Las mismas dejan mucho qué desear en su desempeño y lejos de guiar por el camino de una Venezuela y un mundo que pide a gritos construir un nuevo paradigma, obstruye iniciativas progresistas. Nos permitimos hacer este comentario, pues tenemos la certeza de que nuestra reflexión, tarde o temprano, será escuchada. El acriticismo heredado será desterrado con el paso arrollador del trabajo y el pensamiento crítico de las mayorías nacionales.
A.O: Con la creación del Ministerio del Poder Popular para la Cultura en el 2005 comienza un proceso de cambios profundos que tienen como fin refundar el sector cultural del país elevando los niveles de conciencia, el sentido de pertenencia con nuestro territorio, nuestras costumbres y tradiciones, y reforzar nuestra identidad como venezolanos y latinoamericanos. Tomando en cuenta lo anterior, ¿qué opinión le merecen las políticas gubernamentales que agrupan en seis Plataformas las distintas áreas del sector cultural?
A.R: Tu pregunta la responderé con algunos interrogantes, pues por encima de mis opiniones, es más importante la reflexión que hagamos entre todos:
•1) ¿Cuál es en concreto el proyecto y el plan de promoción y difusión cultural del Ministerio del Poder Popular para la Cultura para el año 2010? ¿Dónde, cuándo y cuántas funciones de teatro, danza, música, circo, títeres, etc., se realizarán en el año 2010?
•2) ¿Cuál es el proyecto de defensa cultural en la frontera, en la delicada situación internacional actual?
•3) ¿Cuál es el proyecto Cultural sistemático en los barrios? ¿Cómo se articula y funciona?
•4) ¿Cuáles son los proyectos de formación en las distintas disciplinas artísticas para la transformación? ¿dónde, cuándo y cuántos talleres de educación no formal, conversatorios, exposiciones, etc. en las distintas disciplinas artísticas, se realizarán el próximo año?
•5) ¿Cuál es la política de apoyo a los grupos de teatro, danza, artistas plásticos, música, círculos literarios etc.? ¿Y a los grupos juveniles emergentes? ¿Cuáles son las fuentes de trabajo?
•6) ¿Cuáles son las investigaciones que apoyarán? ¿cuáles son los planes para el estímulo y consolidación de una dramaturgia nacional?
•7) ¿Cuáles son las políticas de defensa cultural en esta coyuntura internacional tan delicada? ¿Cuál es el plan de posicionamiento cultural a nivel nacional e internacional? ¿Cuál su concepto y criterio?
•8) ¿Dónde, cuáles, cuándo y cuántas obras de infraestructura propone el MPPPC a los ministerios correspondientes para edificar en el próximo quinquenio? ¿Cuáles se han aprobado? ¿Cuáles se están ejecutando? ¿Cuáles obras planifica realizar con co-responsabilidad de la comunidad?
•9) ¿Cuál es el proyecto del Ministerio del Poder Popular para la Cultura para que las relaciones sociales de producción de los artistas sean socialistas, o por lo menos en la actual etapa de transición, dignas, acordes y equitativas?
•10) ¿Cuántos bolívares gasta el MPPPC para administrar cada bolívar que invierte en los distintos proyectos culturales?
•11) ¿Por qué los proyectos de financiamiento cultural 2009, comenzaron a honrarse recién en octubre del 2009?
•12) ¿Cuál es el proyecto que adelanta para contribuir a la seguridad social de los artistas, cultores, creadores y creadoras?
•13) ¿Cuál será la inversión para los proyectos socio artísticos culturales en 2010?
No sé qué respuesta te estarás dando, estimada comunicadora social, estimado lector. A pesar de todo, a pesar de que las relaciones sociales de producción en el teatro «por ahora» no son socialistas, ni tan siquiera equitativas, a pesar de las desinteligencias de los poderosos y de las nuestras. A pesar de algunos que balbucean «nuevo paradigma» y se niegan a mirarse en el espejo de la conciencia, por temor a la imagen crítica que les devuelva su reflejo. A pesar del egocentrismo, del arribismo, del narcisismo, del necio egoísmo autista de los burócratas y de las élites, por nuestra parte seguiremos trabajando. Apoyados por nuestras propias fuerzas, de hombres y mujeres juzgadas por algunos como ingenuas, sostenidos por los «panas», por muchas comunidades, por funcionarios decentes, por intelectuales de fuste, por poetas, pintores locos, titiriteros y bailarinas invisibles, por jóvenes artistas emergentes, con la certeza de que las mayorías nacionales cambiarán el viejo modelo cultural y nosotros ayudaremos con la modestia de nuestros esfuerzos. «Con todo lo bueno y con todo lo malo, seguiremos trabajando».
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Comentarios
Oscar
alcibiades707@hotmail.com
Venezuela
Aguante Alberto!!..me trajistes recuerdos de lo que èramos..Obreros Ferroviarios..en el D.CBelgrano y en el FC .P.B.A..experiencias que debemos volcarlas al Pueblo,sin mensocabo de sus experiencias similares como algunos compas hacen:ppalmente los Refomistas..Pero de ello ya supimos..Te mando un abrazo grande y «pà lante.que pà lante es pà allà»..nos vemos,mandame tu email..ahì està el mìo..chamigo…
09/12/09
Oscar
alcibiades707@hotmail.com
Venezuela
Aguante Alberto!!..me trajistes recuerdos de lo que èramos..Obreros Ferroviarios..en el D.CBelgrano y en el FC .P.B.A..todas estas experiencias vividas en nuestras luchas,por un mundo mejor y sus errores y falecas ò desviaciones..(autocrìticas necesarias mediante)que òmo REVOLUCIONARIOS debemos vocarlas al Pueblo,sin mensocabo de sus experiencias simelares como algunos compas hace:ppalmente los Refomistas..Pero de ello ya supimos..Te mando un abrazo grande y «pà lante.que pà lante es pà allà»..nos vemos,mandame tu email..ahì està el mìo..chamigo…
09/12/09
alba Chaustre
Caracas, Venezuela
Excelentes reflexiones del Artista Ravada, camarada y vecino, muy buenas las preguntas que dejan espacio para la reflexión de todos, pero te falto un buen comentario sobre el entorno y espacios abiertos de parque central, donde generalmente te desenvuelves.
09/12/09
Andrea
cada vez que leo entrevistas como estas …es cuando mas me decepciono de la supuestas politicas culturales que tiene este pais. que alguien nos libre de este mal que nos acongoja que lleva por apellido Soto!!!
08/12/09
Ángel Ramírez Isea
Maracaibo / Venezuela
Excelente artículo. Gracias por sus valientes palabras, camarada. PD: El enlace para bajar el pdf no funciona.
08/12/09
Josefa
Excelente entrevista Señor Ravara…faltaba alguien que dijera lo que ustede ha dicho!!!! Ahí tienes Hector Soto las preguntas que nunca seran respondidas!!!!! Bueno..sí alguna vez sabes de cultura y te llenas de valentía ..quizas lo hagas!!!!
06/12/09
Estefanía
Caracas. Venezuela
Es ejemplar su labor señor Ravara, sus palabras han tocado mi sensibilidad en lo más profundo, apoyo su visión y creo que si cada artista, cada ciudadano de este mundo tomara la esencia de su mensaje, se vestiría de lucha, de fe, de amor para construir una sociedad mejor, una sociedad de hombres y mujeres en serio, sensibles, solidarios, visionarios y amables.
04/12/09
diciembre 10, 2009
Categorías: General . . Autor: rediiave . Comments: Deja un comentario
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